Novela:
LA OCTAVA VIDA (para Brilka)
Autora: Nino Haratischwili
Había
leído la recomendación de esta novela por parte de varios compañeros del grupo
de Novela histórica. La autora es originaria de Georgia, una antigua república
de la Unión Soviética, hoy convertida en país soberano. La autora, además de su
faceta literaria, también es dramaturga y directora de teatro.
Cualquier
cosa que se pueda decir de esta magnífica novela quedará muy por debajo de su extraordinaria
calidad literaria. La obra sigue una saga familiar georgiana a lo largo del
siglo XX. Gracias a esta familia conoceremos los hechos más relevantes del país
y de la URSS en general.
Los personajes
son complejos y muy bien trabajados. Son muy creíbles. Asistiremos a las ilusiones
e intenciones de cada uno de ellos. Sabremos del deseo de Stasia de bailar en
la Ópera de París, el empeño de Kostia de emular a su padre y formar parte del
ejército, el de Kitty, que consiste en permanecer junto a Andro o la
volubilidad e inconstancia de Elene, madre de Daria y de Niza. Esta última será
la persona que escribirá la historia de la familia.
Cada
uno de los personajes intenta ocupar un lugar en el mundo, en ese convulso
mundo marcado por la revolución, la guerra mundial, la guerra fría, el
desmembramiento de la URSS y las revueltas por la independencia del país. Estos
acontecimientos son el telón de fondo de los sucesos familiares que se van
produciendo. También veremos desfilar a algunos de los personajes más importantes
de la URSS como son el Generalísimo (Stalin) o el Pequeño Gran Hombre (Béria). Pero
ante estos hechos tan grandilocuentes encontraremos unas vivencias muy creíbles
y mucho más sencillas. A lo largo de la novela seremos testigos de cómo las
ilusiones que algunos de ellos se forjaron chocaran con la cruel realidad,
dejando apenas espacio para la supervivencia.
Un
siglo da para mucho y no se trata tan solo de alargar la reseña. Junto a
momentos muy emotivos, hallaremos otros dramáticos o trágicos, aderezados por la
receta de chocolate que trae la desgracia a quien lo prueba. Nino muestra un
gran dominio del lenguaje y muchas de sus frases quedan en la mente del lector
después de cerrar la novela. Su estilo recuerda al realismo mágico propio de la
literatura sudamericana. A veces me pareció estar leyendo “Cien años de soledad”
del gran García Márquez.
Para
aquellos que no teman adentrarse en una novela de mil páginas diré que es la
mejor recomendación que me han hecho. No dudo que se convertirá en una novela
de culto. Cuando acabas el libro sientes que una parte de ti se ha quedado con
aquellos personajes, que quisieras continuar el viaje con Brilka.