He tenido ocasión de leer la novela de Macarena Muñoz. Resulta muy interesante descubrir nuevos escritores con la calidad y la inquietud social que presenta la autora de esta novela.
Memorias fugitivas, de Macarena
Muñoz, es la primera de una trilogía
escrita por la autora, basada en las memorias (in)ciertas de Ismael Pauli.
Ismael es un joven que, en plena
crisis adolescente, comienza a descubrir aspectos de su familia que desconocía.
Los cambios de residencia producen una sensación de desarraigo en Ismael, al que
le cuesta adaptarse y sentirse parte de un lugar concreto. Ello le lleva a
cuestionarse aspectos tan concretos referidos a la identidad personal y a los orígenes familiares.
Espoleado por su profesor de
español en Frankfurt, el señor Trujillo y animado por su padre, comienza a
recopilar información para poder escribir la historia de su familia, una
historia que tiene como escenarios Namibia, Madrid o Frankfurt.
Pronto descubrirá que la memoria
es incierta y que no siempre obtenemos las respuestas deseadas. Por otra parte,
los velos que han cubierto los misterios familiares irán cayendo uno tras otro,
dejando al descubierto aspectos de su familia tan sorprendentes cómo trágicos.
Macarena realiza un ejercicio de
investigación en esta primera novela de la trilogía, con un vocabulario preciso
y riguroso, mezclando recuerdos personales del protagonista con hechos
acaecidos o descubiertos en su investigación. La imprecisión y fugacidad de la
memoria es una constante en la novela y es algo con lo que tendrá que batallar
el protagonista.
Memorias fugitivas es un texto de
gran calidad literaria donde observamos como los hechos históricos pueden
determinar el destino de las personas y como estas sufren las consecuencias de
sus actos. La novela nos lleva a reflexionar sobre aspectos históricos como la
colonización o el holocausto y otros personales como el desarraigo y las
relaciones familiares.
Tan solo queda felicitar a la
autora y seguir tirando del hilo de la memoria. Seguro que nos tiene otras grandes
sorpresas preparadas.
Luis Bolívar