CARTAGENA
DE INDIAS
José
Antonio Devesa
Acabo de finalizar la
apasionante lectura de la novela de José Antonio Devesa. Su ópera prima,
“Cartagena de Indias”. Todavía resuena en mis oídos el fragor de la batalla, el
sonido de las cargas de la infantería inglesa intentando tomar la ciudad y el
desespero de los defensores que sabían que sus posibilidades eran limitadas
ante un enemigo muy superior.
Cuando cierras una novela
y te das cuenta de que el autor te ha transportado plenamente a otra época y
que has vivido las aventuras de sus personajes, es cuando se ha de valorar su
capacidad de narrar los hechos. Junto a su gran estilo narrativo, se ha de resaltar
la amplísima documentación. Diríase que José Antonio ha estado navegando en
aquellos barcos una buena temporada.
Me ha costado separarme
de la lectura de estos últimos días. Los personajes como Diego, Inés, Gabriel,
Carmen, Teresa, Lucas, o los padres Manuel y Omaro ya forman parte de aquella
galería de personajes familiares y próximos, difíciles de olvidar debido a su
proximidad y verosimilitud.
La descripción de los
paisajes terrestres y de las naves nos sitúa en un tiempo y un espacio pasado,
pero que somos capaces de revivir a medida que avanzamos en la lectura de la
novela. El autor tiene la habilidad de
guiarnos por un territorio complejo y variado, en el que destaca la interacción
de diferentes culturas e intereses y la guerra en territorios americanos
provocada por disputas entre países europeos.
La ventaja de leer una
novela de estas características es la de conocer hechos históricos de
personajes tan inolvidables como Blas de Lezo, el “mediohombre”, una persona
que fue capaz de defender la ciudad “Cartagena de Indias” ante un enemigo mucho
más numeroso y poderoso. Sin embargo, a menudo, estos hechos quedan relegados o
desdibujados en los libros de historia.
Felicito a José Antonio
Devesa que merece un hueco entre los grandes escritores de novela histórica
donde, a mi parecer, entra por la puerta grande. Si no me equivoco, creo que
pronto disfrutaré de “Un viaje redondo”.