domingo, 29 de octubre de 2023

CONCIENCIA MUERTA. Los cachorros de Caracortada


 

ESTEFANÍA JIMENEZ

 “Sin duda, ser testigo de cómo introducían un instrumento metálico en el ojo de una joven, lo golpeaban con una maza hasta hacerlo llegar al cerebro y cortaban con él las conexiones del lóbulo frontal, no era la forma en la que Brenda Carter habría preferido comenzar su nueva etapa como psiquiatra en el Hospital Estatal de Filadelfia, Byberry, aquel día de verano de 1955”.

Dicen los entendidos que los primeros párrafos de una novela son fundamentales para determinar si la obra fracasará o si, por el contrario, tendrá éxito. Por si acaso, Estefanía Jiménez nos golpea con un comienzo brutal, digno de la mejor de las novelas negras. No hace falta decir que estamos avisados.

La trama tiene lugar en el hospital de Byberry, en Filadelfia, en una época donde los internos pierden la capacidad de decidir sobre sí mismos y los médicos, imbuidos de la superioridad que les da su estatus se permiten realizar intervenciones que hoy clasificaríamos como sesiones de tortura.

En este ambiente se encuentra la joven protagonista, la psiquiatra Brendan Carter, una mujer a la que todos desearían ver fuera del establecimiento, ocupada en cosas propias de las amas de casa y no molestando en un centro hospitalario en el que muchos de sus internos son enfermos mentales y están allí como consecuencia de los delitos realizados.

Uno de los presos, Jayden Johnson, llama la atención de Brenda por sus características tan especiales. Se trata de una persona brillante que, pronto será sometido a un tratamiento que lo convertirá en un muerto en vida. Brenda lo trata y queda fascinada por su gran capacidad. A partir de las entrevistas conoceremos su pasado en el orfanato, tras el asesinato de sus padres. Brenda se enfrentará a una difícil postura si quiere salvar a Jayden: enfrentarse al sistema, a todo lo que, hasta aquel momento, es considerado como aceptable o válido. Tratándose de una mujer, la lucha es más titánica y desigual.

Como toda novela negra que se precie, también es una novela social y Estefanía nos muestra las miserias de los orfanatos y hospitales psiquiátricos en una época donde los usuarios quedaban marcados por los abusos y las durezas de las condiciones de vida en los mismos.

Conciencia muerta es una novela dura, sin concesiones ni contemplaciones. Sus personajes son fruto de la historia que arrastran en una sociedad que los olvida como juguetes rotos en unos orfanatos que tienen más de siniestros que de acogedores.

Tan solo cabe felicitar a Estefanía Jiménez por esta magnífica novela y desear que siga creando historias capaces de asombrar al lector.

 

SINOPSIS

 Cuando los demonios dominan tu mente, solo hay dos opciones: luchar contra ellos o aceptarlos como amigos.

En verano de 1955, la joven psiquiatra Brenda Carter comienza su andadura laboral en el polémico Hospital Estatal de Filadelfia, Byberry.

Brenda es consciente de los abusos y horrores que allí acontecen, no obstante, su principal objetivo consiste en demostrar su valía en un mundo de hombres que no están dispuestos a ponérselo fácil. Para lograrlo pone sus miras en Jayden Johnson, un joven interno acusado de asesinar a su padre adoptivo y cuyos episodios violentos lo convierten en todo un reto.

La mente de su paciente es prodigiosa y fascinante y, por medio de sus recuerdos, viajarán en el tiempo al Chicago de los años treinta, donde Capone y su organización tenían el control absoluto de la ciudad. La infancia de Jayden y de su hermano Ken transcurrió en el peor de los infiernos: un orfanato que no era otra cosa que la tapadera para el más deleznable de los negocios de «Caracortada» y cuna de todos sus traumas.

Sin embargo, Brenda intuye que hay un misterio mucho más complejo en la mente de Jayden y está decidida a sacarlo a la luz, antes de que Byberry acabe destruyéndolo. Para ello tratará de encontrar a Kenneth Eaton, su hermano perdido, aunque quizás lo que él esconde acabe por hundirlos aún más en la oscuridad.