A veces, las pesadillas, son
hechos que nuestra mente prefiere olvidar o no puede recordar. Esta frase que
la autora escribió en la novela antes de firmarla, podríamos decir que era
premonitoria de todo lo que vendría después.
En efecto, “Nunca fue una
pesadilla” es una novela de intriga básicamente. Claudia y James deciden
realizar un viaje por Europa tras acabar sus estudios en EEUU. Para acabar el
viaje decidirán ir a Palermo, lugar donde vive la familia de Claudia.
Lo que comienza como un
maravilloso viaje acabará convirtiéndose en una pesadilla. Todas aquellas cosas
que habían intrigado a Claudia respecto de su familia adquirirán una siniestra forma
bajo la luz de la verdad, una luz que ilumina hechos pasados mostrando su
verdadero rostro. Las cosas no son como ella creía que eran y, lo más terrible
de todo, será descubrir que lo que ella consideraba pesadillas, eran recuerdos
de un terrible pasado. A medida que avanza la historia, Claudia deberá tomar
graves decisiones, con el convencimiento de que está poniendo en peligro tanto
su vida como todo aquello que amaba.
“Nunca fue una pesadilla” es una
novela que me ha recordado, en algunos momentos, a algunos clásicos cinematográficos (Rebeca,
Recuerda…), donde la memoria es determinante en la acción y la trama. Por otra
parte, está muy bien documentada tanto en los paisajes que presenta como en las
actuaciones judiciales y legales que se reflejan en la novela. Todo ello aporta
una gran dosis de verosimilitud (imprescindible en una novela de carácter
realista) que refuerza su calidad.
Felicidades a Cristina Gracia
Tenas por hacernos disfrutar de esta gran historia.
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