viernes, 29 de septiembre de 2023

LA BODEGA

 


AUTORA: ROCÍO ACUÑA



SINOPSIS

En la espesura del bosque, la vida de las personas que allí viven se ha quedado congelada en el tiempo. Siguen ocultos de una guerra civil ya terminada, tratan de sobrevivir con su esfuerzo y con los frutos que les da el campo, pero no todas las necesidades vienen de la tierra. Algunas se empeñan en salir de la carretera.
"Un país en la posguerra, un ser sin prejuicios morales en el anonimato de un bosque… ¿Quién traza la línea del bien y del mal cuando solo quieres sobrevivir? ¿Y si nadie supiera de tu existencia? No abandones la carretera…"

VALORACIÓN

Descubrir nuevos valores literarios es algo que nos ofrecen las redes sociales si uno sabe rebuscar en ellas. Una gran lectora y amiga del Facebook, Montse Roca Buj me animó a leer la novela. El tema en sí me interesó. Se percibe una historia de misterio e intriga en una posguerra que, en algunos casos, se alargó toda una vida.

La directora editorial de Eterna Cadencia, Leonor Djament, dice que “la literatura es puro conflicto”, en el sentido que “desacomoda las perspectivas establecidas” y “amplía miradas”. Critica claramente la necesidad de edulcorar la literatura para ofrecer al lector un producto “pasteurizado”.

Rocío Acuña, a pesar de escribir una novela relativamente corta (239 páginas), atrapa al lector mostrando un paisaje agreste donde resulta difícil la supervivencia y donde las emociones y empatía de algunos personajes brillan por su ausencia.

Es una novela de posguerra, de una posguerra inacabable y solitaria, donde la guerra se presenta como una rémora de fondo para explicar la ausencia de los varones en la aldea, una aldea que, poco a poco, se va despoblando perdida en un entorno aislado que va decayendo con el tiempo.

A partir de esa premisa, Rocío desarrolla una novela cruda y sin edulcorantes, donde personajes sin valores morales actúan para cubrir unas necesidades primarias, sin tener en cuenta el dolor que producen a los demás.

El resultado es una novela que impacta y sorprende de la misma manera que una piedra arrojada a la frente del lector. Este, tan solo podrá seguir la trama planteada por la autora para llegar a un final sorprendente.

La bodega es una novela escrita con un tono realista y descarnado a la vez. Presenta una España negra y profunda como la que retrató Goya en su momento. Felicidades a la autora por el desacomodo que somete al lector. Ha conseguido el objetivo de la buena literatura.

sábado, 16 de septiembre de 2023

CUANDO TODOS SEAN SOMBRA

 

CUANDO TODOS SEAN SOMBRA

Manuel Susarte Román

 

Cuando todos sean sombra, parte de una premisa original: una serie de suicidios, aparentemente inconexos, tienen intrigados a la policía de Cartagena. Sin embargo, todos ellos tienen algo en común: un reciente tatuaje en el que ya se percibe cuál será la causa de la muerte del individuo en cuestión.

Imanol Ugarte Y su compañero, Germán Miranda, serán los encargados de llevar a término la investigación, una investigación que poco a poco los irá llevando a terrenos muy pantanosos. Realizarán descubrimientos sorprendentes, sucedidos un siglo antes, que pondrán a prueba sus creencias y su capacidad de razonamiento. En el caso de Imanol, lo llevará a enfrentarse a sus propios fantasmas. Como dice uno de los personajes (no diré cuál), todos tenemos monstruos que nos atormentan.

Manuel Susarte escribe muy bien. Utiliza un lenguaje preciso y adecuado. No se pierde en filigranas literarias para abotagar el texto y ensancharlo. Los capítulos son cortos y es capaz de mantener la intriga hasta el sorprendente final. Utiliza los recursos propios de la novela negra. A mí, personalmente, hay escenas que me recuerdan a John Connolly, por la habilidad que tiene el autor de tocar temas que salen un tanto de nuestras experiencias sensoriales.

No hace falta decir nada más. Intuyo que es un escritor que tiene mucho que decir y que nos sorprenderá en futuras obras como lo ha hecho en esta.

                                                                                                                                                                                     Luis Bolívar

miércoles, 13 de septiembre de 2023

LA TORRE DEL PRETORIO

 

LOS LAZOS INVISIBLES – ESCENARIOS (2)

LA TORRE DEL PRETORIO

Recorriendo los escenarios de mi novela: “Cicatrices del desastre”. En este caso la torre del Pretorio, que fue utilizada como campo de prisioneros tras la guerra. Se llegaron a encarcelar 1300 personas en un espacio cuya capacidad máxima era de 110. Una triste sensación ocupa mi mente cuando pienso en aquellos defensores de la República encarcelados, vejados, torturados…, cuando no asesinados. Adjunto un texto de la novela en la que se explica la historia del edificio.

“Se hallaba prisionero en la cárcel de Pilatos en Tarragona, un edificio de principios del imperio romano, el Pretorio de Augusto. Había sido olvidado hasta que fue convertido en cuartel y depósito de material bélico. Fue volado en gran parte en 1813, durante la retirada de las tropas francesas. Posteriormente, tras su reconstrucción, había pasado a ejercer la función de prisión.

Si la situación de los presos era ya de por sí desesperada, después de haber perdido la guerra, la prisión contribuía a que la desazón fuera mayor debido a las condiciones de la misma. Pilatos constaba de varias salas. En el sótano se hallaba la que acogía a presos preventivos o que estaban destinados a otras prisiones. Había otras habitaciones para presos preventivos o con diversas condenas. En la sala primera de la planta baja y en la tercera de la planta superior se hallaban los condenados a muerte. Desde hacía tres meses, la sala primera había sido el lugar donde Carles había intentado sobrevivir.

La estancia tenía un aspecto desolador. Consistía en un gran habitáculo, casi sin ventilación. Sus paredes tenían restos de yeso sobre los muros romanos. El color oscuro, fruto de la mugre y la podredumbre, dominaba la pared y el suelo. El techo consistía en una bóveda lúgubre. A un lado de la sala, un agujero ejercía las funciones de letrina. Se había de tener en cuenta que el habitáculo estaba a rebosar de presos y a los lados de la improvisada letrina también yacían prisioneros, con lo cual, la incomodidad era patente para todos. De hecho, si en la noche un hombre cambiaba de posición, obligaba a moverse a todo un grupo, de lo apretados que se encontraban. Las chinches se hallaban en su salsa, pues la suciedad era notoria en los presos”.








lunes, 4 de septiembre de 2023

LA BOCA DE LA MINA

 

LOS LAZOS INVISIBLES - ESCENARIOS (1)

LA BOCA DE LA MINA

 

La noche era la dueña del entorno. Ya pasaban de tres las horas después de la medianoche. La oscuridad no era completa. El reflejo de una luna, en cuarto creciente, se dejaba ver sobre el paisaje. El silencio no era absoluto en el paseo de la Boca de la Mina de Reus. Las voces desacompasadas de dos hombres rompían la quietud habitual de la zona.

De esa manera comienza un pasaje de mi novela “Cicatrices del desastre”. Dos militares del ejército victorioso de la guerra civil deambulan por la Boca de la Mina en dirección al Pere Mata, donde estaba situado el campo de concentración de prisioneros republicanos en Reus.

La historia del paseo comienza en 1607, cuando la condesa de Prades dio a la ciudad de Reus la posesión de aguas provenientes de Maspujols. A partir de 1919, llegará también el agua del Pantano de Riudecanyes. El paseo de la Boca de la Mina es un espacio rodeado de árboles situado en la zona norte de la ciudad. El paseo se construyó en el siglo XIX, siguiendo el camino que llevaba a los molinos de la ciudad, que aprovechaban la fuerza del agua para producir diferentes materias primas, sobre todo harina.

Era un paseo concurrido por los ciudadanos de Reus, marcado de manera especial por días festivos como el día de la mona, o la noche de Sant Joan para ver salir el sol. Era costumbre entre los reusenses pasear hasta la Boca de la Mina, donde había una señora que regentaba una parada de anises y proporcionaba vasos para el agua.

El paseo ha sido restaurado y recorrerlo implica una amalgama de sensaciones contrapuestas donde los edificios modernos del barrio Gaudí se contraponen a los antiguos molinos reconvertidos en ostentosas viviendas. Sin embargo, los árboles que circundan el paseo permiten caminar acompañado por los pensamientos del caminante y por el seco crujir de las hojas que se van desprendiendo de la seguridad de las ramas. Las verjas de los edificios, mayormente enmohecidas, son testimonio silencioso de un pasado que nunca ha abandonado la ciudad.

A mí tan solo me queda caminar todo el paseo intentando pensar en la gente que lo ha recorrido a lo largo de los años, incluso en el oscuro 1939 en que el Pere Mata fue convertido en un campo de prisioneros. La sorpresa nos espera al final del mismo, en la Boca de la Mina, donde nos espera la señora Maria dels anissos con vasos de agua preparados para los fatigados caminantes.