La novela negra está poblada de
personajes, normalmente policías o detectives, que investigan asesinatos o
graves delitos. Estos suelen ser inteligentes, intuitivos, analíticos,
inquisidores, tenaces, empecinados y expertos en casi todo.
Pero Julia Verbeke no es así.
Julia Verbeke es alegre,
dicharachera, descarada, con ciertas dosis de frescura, audaz, impulsiva. Su
intuición le ayuda a resolver casos así como a meter la pata en más de una
ocasión. Es un personaje con el que empatizamos rápidamente. Julia huye de las
dietas y prefiere unos chocolates con churros al brócoli vegano. Es un
personaje con el que resulta fácil de empatizar, y con el que disfrutaremos de
la lectura.
“Los crímenes de la luna
menguante”, la última novela de Manuel Delprieto, tiene como protagonista a
Julia Verbeke, la joven cabo de la guardia civil que colabora en la
investigación del crimen de un joven inmigrante. El cuerpo, mutilado, ha sido
hallado en la playa. Comienza la investigación y, con ella, los misterios en
torno a este asesinato y la similitud con otros crímenes anteriores, sobre todo
por el “modus operandi”. A medida que avanza la investigación, las dudas
sobrevuelan incluso sobre el equipo de investigadores. Tendrán que realizar una
carrera contrarreloj si quieren evitar nuevos homicidios.
Manuel Delprieto ha conseguido
una novela de intriga diferente, que se sale un tanto del patrón en que a
menudo está encorsetada la novela negra, presentando una imagen más fresca y
actual del género, que coincide con los cánones sociales en que nos movemos la
mayoría de los mortales.
PD: únicamente decir que, aunque
sea la tercera entrega de la saga con la misma protagonista, esta es una
precuela de las anteriores. O sea, se puede leer en primer lugar para conocer a
quien nos dará momentos memorables de lectura.
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