EL
JURAMENTO DE TORTOSA
Verónica
Martínez Amat
Hay libros que, sin apenas
darte cuenta, entran en tu vida para quedarse. Uno de ellos es el de Verónica
Martínez Amat: El Juramento de Tortosa.
La novela narra un hecho
histórico bastante desconocido: el asedio de la ciudad de Tortosa por parte de
los andalusíes, meses después de que el conde Ramón Berenguer IV la
conquistara. Dada la ausencia del conde y de sus tropas que se hallan en otros
menesteres intentando conquistar Lérida, la defensa de Tortosa queda en manos
de sus habitantes. La situación se hace insostenible llegando al punto en que
los caballeros que la defienden proponen la muerte de todos aquellos habitantes
que no puedan empuñar una espada (mujeres, ancianos y niños), para poder salir
ellos a morir con honor.
Curiosamente, no es tan
solo una novela de guerra, es la historia de una ciudad asediada, de sus
habitantes, de las relaciones personales y sociales que se establecen entre ellos.
Todo ello aderezado con abundante salazón de intriga, misterio y aventura. Como
acostumbra a pasar con las buenas novelas históricas, el lector comparte el
destino de los diferentes personajes. Para algunos, el asedio representa el mal
y la lucha por unos valores en los que creen. Para otros el mal se halla dentro
de la ciudad, incluso, en la misma familia. El asedio puede representar la
oportunidad de huir de una vida indigna.
Hay un momento en la obra
en que las mujeres han de tomar la iniciativa. No descubro nada nuevo, pues
está anunciado en la contraportada. Frente a la lucha por poseer bienes
materiales o por el honor y el rey, que da sentido a las guerras provocadas por
los hombres a lo largo de la historia, las mujeres siempre han sido más
prosaicas. Saben cuales son los valores por los que vale la pena vivir…, y
luchar. Su escala la conforma el amor, la defensa de las personas queridas, la
familia o la supervivencia, siempre entendida desde un punto de vista de
generosidad hacia su entorno próximo.
Hay quien ha hecho el
comentario al respecto de que se trata de una novela feminista: no entiendo el
etiquetaje con valores propios y contextualizados del último siglo en una
novela del siglo XII. Como si la revuelta de las pescaderas de París que
trajeron desde Versalles a la ciudad a los reyes de Francia en la revolución
francesa o los disturbios de la Barcelona de 1918 provocados por las mujeres en
protesta por la subida de los productos básicos (en la que rechazaron la
participación de los hombres y de los sindicatos para no ser manipuladas),
fueran unos actos feministas.
La historia la realizan
los hombres y mujeres de una época determinada. Les va la vida en ello. Desgraciadamente
se suele explicar la historia de los hombres, por los hombres. Cabe felicitar a
Verónica Martínez porque nos está mostrando, para nuestro deleite, aspectos de nuestra
historia que han quedado desenfocados a lo largo del tiempo. Ya lo hizo con El
paso de los españoles y lo ha vuelto a hacer con El Juramento de
Tortosa. Tan solo queda decir que la historia atrapa, que nos da una visión
acertada y próxima de los hechos sucedidos, y que el lenguaje utilizado es
preciso y riguroso. Me reservo un próximo viaje a Tortosa para conocer de cerca
los escenarios de la novela.
Por último, tan solo me
queda pensar que mis tres últimas novelas leídas son de narración histórica y están
escritas por mujeres. ¿Me estaré volviendo feminista?
Creo que tan solo se
trata de que me gusta leer buena literatura.
Luis Bolívar
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