lunes, 22 de febrero de 2021

LIBELO DE SANGRE

 LIBELO DE SANGRE

SANDRA AZA

Pocas veces he sentido tanto frío como aquella noche de Nochebuena haciendo guardia en Carabanchel Alto, en Madrid. Con el libro de Sandra he vuelto a sentir aquel frío que calaba hasta los huesos. Sandra te introduce de tal manera en las escenas que narra en su obra que no tienes más remedio que verte transportado al Madrid del siglo XVII, con todos sus lujos y miserias.

Libelo de sangre fue el primer libro que leí este 2021, animado sobre todo por las valoraciones críticas y los imputs emocionales que de dicha obra recibía. Una vez leída la novela puedo entender el revuelo generado por la misma.

La novela te transporta a una época oscura, un momento en que la Inquisición dominaba el panorama religioso y en el que no bastaba con ser cristiano. Había que aparentarlo también. Seremos partícipes de todo el proceso que conlleva un auto de fe desde el interior, o sea, desde la vivencia de los protagonistas.

El título hace referencia a los libelos de sangre, que no eran otra cosa que acusaciones en las que se afirmaba que los judíos cometían crímenes utilizando la sangre humana para realizar sus rituales. Tras una acusación de este tipo, observamos las consecuencias que tendrá para una familia de la villa. Para el matrimonio, que cae en las garras de la Inquisición, y para sus hijos. Estos últimos quedan desprotegidos totalmente en un lugar y una época donde la supervivencia ya representa un reto por sí misma.

La acción de la novela recae básicamente sobre Alonso, el hijo de la pareja que se convierte en el personaje principal. Asistimos a sus desvelos e inquietudes, a su lucha por la supervivencia en un entorno hostil, a su amistad con Juan y Antonio y a su batalla particular por intentar recobrar la libertad de sus padres.

Dejando en manos del lector y sin ánimo de revelar el contenido de la obra, diré que Sandra nos hace vivir en el Madrid del siglo de Oro. Nos muestra sus costumbres, tradiciones, y vida diaria del pueblo madrileño. De la misma manera, la novela se convierte en una guía de la ciudad de la época. Es recomendable hacer este viaje acompañado de un mapa de Madrid de la época y de un tranquilizant para los nervios que cogeremos en el desarrollo de la trama.

La documentación de la novela es impresionante. Sandra no ha dejado nada al azar. Se nota su dominio tanto en los aspectos que conciernen a la sociedad del momento como al de las leyes que la regían. La gran tarea de documentación que ha realizado la autora es posiblemente un punto a favor de los puristas de la novela histórica, pero también puede ser considerado un pequeño inconveniente a la hora de seguir el hilo narrativo para otros lectores menos fieles a este tipo de novela.

Sandra Aza te hace sufrir por activa y por pasiva. Por activa, desde el momento en que vas siguiendo la historia y padeces por el posible desenlace de la obra. Por pasiva porque, desde que los personajes son conocidos por los lectores, se produce una especie de apadrinamiento en el que cuesta quedar sin saber qué será de esos muchachos. Hoy están en una especie de limbo a la espera de que Sandra retome la historia y podamos visualizarla en una continuación de la obra.

Un rumor se extiende en los burladeros de Madrid donde las lavanderas, los artesanos, el populacho y algún que otro noble disfrazado de criado se preguntan:

   ¿Hasta cuando nos vas a hacer sufrir Sandra?, ¿hasta cuándo?

 


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