Manuel Delprieto
Si hablamos de seguir las
baldosas amarillas, muchos lectores (sobre todo los que tengan cierta edad)
recordarán la novela de El maravilloso
mago de Oz, de L. Frank Baum, una historia infantil en la que la
protagonista realiza un viaje fantástico junto a tres curiosos personajes: el
Espantapájaros, quien desea un cerebro; el hombre de Hojalata, quien desea un
corazón y el León Cobarde, quien desea encontrar el valor.
Sin embargo, Manuel Delprieto
toma como punto de partida esta historia y la gira de la manera más cruel para
el lector. Un cuerpo aparece suspendido en el aire complementando una
escenografía que parece sacada del cuento. Como es habitual en sus novelas,
tendremos a Julia Verbeke al mando de la investigación, una Julia que parece
que va madurando y adoptando decisiones un poquito más sensatas y lógicas,
siempre anteponiendo el sentido de la justicia a su seguridad personal.
Como es habitual en Manuel, la
complejidad de la trama se va resolviendo a medida que avanza la lectura, pero
también aumenta el número de cadáveres, por lo que la unidad comandada por
Verbeke se verá envuelta en una carrera contrarreloj para evitar nuevos
crímenes.
En la novela encontraremos misterio,
tensión, acción y un punto de humor que destila el personaje principal. Seguramente,
la próxima vez que volvamos a ver la película del mago de Oz, film habitual en
la franja infantil de televisión, no tendremos más remedio que mirarla con
otros ojos, asignando a los personajes un papel y un destino que no estaba
escrito en el momento de su creación.
La creatividad y originalidad
forma parte intrínseca de las novelas de Manuel Delprieto. Tan solo queda
disfrutar de ellas.
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