El tiempo transcurre con la extraña sensación de que, aunque pretendas cogerlo con la mano, se escurrirá entre tus dedos para no volver. Sin embargo, te dejan momentos que quedan en la memoria donde pasarán a formar parte de unos recuerdos que sabes que difícilmente se borrarán.
La nubosidad del cielo en la tarde de otoño acompañada por un aire que juguetea con el paisaje arrastrando las olas para aproximarlas a tus pies, donde parecen rendirse ante tu presencia, dotan al ambiente de una fuerza que, con el tiempo, se traduce en nostalgia.
Las gaviotas revolotean dejándose llevar por la suave brisa marina desplegando su maestría en imaginativos ejercicios de vuelo para formar una postal de singular belleza.
Contemplas el paisaje mientras en tu retina van quedando las imágenes de un lugar y un momento tan sencillo como espectacular. Tu mirada sigue las gaviotas que, sin temor, se pasean cerca de ti con la esperanza de ver colmadas sus exigencias alimenticias.
Cierras los ojos y las sensaciones se agrupan formando una composición polifónica donde la sonoridad se va mezclando formando una sinfonía creada especialmente para tí. Si prestas atención, puedes discriminar los diferentes sonidos como si de una orquesta se tratara. Puedes percibir el murmullo del agua que, invencible, no cede ante el reto constante que mantiene con la playa. También percibes los gritos de las gaviotas que no dudan en competir por manifestar sus cualidades musicales como si de tenores en un concierto de ópera se considerase. Otros ruidos apagados y sosegados se van introduciendo con una suavidad casi imperceptible pero insolente manifestando su derecho a formar parte de la interpretación.
Cuando abres los ojos vuelves a la realidad pero ya no ves las cosas de la misma forma. Donde antes veías una tarde de otoño muy característica ahora observas la naturaleza en su afirmación más hermosa indicando con su presencia y la increíble belleza de sus manifestaciones cuán hermoso puede ser el hecho de vivir si somos conscientes de ello.
Mientras contemplas el espectáculo como si de una catarsis se tratara yo observo la escena desde una perspectiva más completa todavía, pues contemplo a la actriz principal de la obra que, con su presencia, contribuye a dotar de magia el instante elevando todavía más si cabe el momento. De esta manera pasaría a formar parte de aquellos recuerdos que desearías que no desaparecieran nunca ya que dan sentido y dotan de extrema belleza y sensibilidad un pasado que percibo con una envidiable melancolía.
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